Carta a la comunidad abril 2019

Carta a la comunidad abril 2019

Les dejamos aquí el saludo de nuestro Pastor Esteban Alfaro.

Si quieren leer toda la carta a la comunidad hagán click aquí para castellano Gbrief Sp april 2019R1

y aquí para alemán: Gbrief D. april 2019docx

YO SOY EL PAN QUE DA VIDA (Juan 6:30)

Querida Comunidad:

El pan de lo cotidiano viene mezclado de dulce y agraz. Vivimos experiencias que traen consigo emociones dispares de alegría y tristeza. Y cada uno de nosotros va conociendo el contraste de su sabor en la medida que avanza la vida, vida que además de buenos frutos nos presenta continuamente cardos y espinos. El pan de lo cotidiano viene mezclado con ingredientes del mundo. Con realidades aparentemente ajenas a la nuestra y sobre las cuáles no tenemos control. Y eso nos quita el sueño tantas veces. Digo aparentemente ajenas, pues entiendo que en realidad no lo son, creo que hay un nexo indisoluble entre “nuestro” mundo y el de los demás.

El pan de lo cotidiano y su mezcla, en vez de saciar el hambre, nos vuelve más ansiosos, desconfiados y temerosos. Y en lo que Dios creó para generar vida, se instalan la desconfianza y el temor. Y esto, pienso,nos aleja de Dios y de la fe, nos hace dudar de su presencia en este mundo y en nuestras existencias.

¿En dónde podemos encontrar el pan que sustente la confianza, si incluso el ejemplo de la Iglesia nos inquieta y aumenta la decepción y escepticismo? ¿En dónde podemos encontrar una fuente que genere certezas y que restablezca la fe quebrantada? ¿Que acerque nuestra existencia a aquello que Dios deseó para todo ser humano?

Hay que buscar más allá de las instituciones, más allá de los pastores, sacerdotes, de obispos y arzobispos, más allá de nosotros mismos. Más allá de lo establecido, que hoy se derrumba. Ninguna institución cristiana debe existir para proclamarse a sí misma, ni para obstaculizar nuestra relación con lo divino. La tarea de la Iglesia es proclamar la existencia de una realidad que la supera infinitamente y de la cuál debe ser sierva. Que no nos sorprendan los templos vacíos, ni la lejanía que muestran las personas, pues es fruto de un testimonio a medias de la propia Iglesia, que ha cambiado el pan de vida por un sucedáneo contaminado por el poder de innumerables egos. El concepto de Iglesia desde nuestro punto de vista, contempla a todas las instituciones que declaran su fe en la Santa Trinidad, que administran los sacramentos y predican el Evangelio, en el que se revela la Palabra de Dios, que se hace parte de nuesatra realidad en Jesús de Nazaret.

Querámoslo o no, indirectamente también nos alcanzan los conflictos que instituciones hermanas viven. Como luteranos sabemos que en nuestro caminar se revela nuestra naturaleza y cometemos errores, eso es inherente a todo ser humano. Mas, como cristiano, sabemos cuál es el pan que debemos comer para remediar esa tendencia: es el que leuda con la levadura de Jesús y es horneado por SU Espíritu. En Él, el pan de lo cotidiano adquiere un sabor diferente y eso nos permite transitar por la vida con otra perspectiva. No dejamos de sentir la amargura del mundo y la nuestra, pero nos advierte también que en la medida que comemos de Ése pan; es decir: en la medida en que volcamos nuestra mirada a la persona de Jesús, surge la fuerza para enfrentarnos a la realidad del mundo y a la nuestra; y así dar testimonio desde nuestra conciencia refugiada en Cristo. Los pilares cotidianos de nuestra forma de fe somos nosotros mismos, apoyados en la invaluable orientación de la enseñanza de Cristo. No es posible eludir esa relación, sin que nuestra comunidad y nuestra fe se debiliten.

La invitación de Jesús es a alimentarnos de aquello que Él nos ofrece como recurso fundamental para entender nuestra existencia y construir una vida honesta y fructífera.

Pastor Esteban Alfaro