Mónica Keller

Mónica Keller

Mónica Elizabeth Keller Riquelme nació el 28 de junio 1960 en Santiago. Es profesora de Educación Diferencial- Mención Trastornos de la Visión y Magister Educ. Diferencial, Mención Necesidades Múltiples.

He vivido siempre en Santiago. Mi familia materna estaba compuesta por los abuelitos y una tía, junto a mi mamá y hermana mayor, fueron el núcleo familiar donde pasé mi niñez y conocí de la existencia de DIOS.

En mi hogar escuchaba las historias de la Biblia desde pequeña; mi abuelito materno era Pastor Evangélico quién dedicó su vida a esta profesión.

Por otra parte mi padre provenía de una familia alemana que después de la II guerra mundial llegaron al sur de Chile; mi abuelo paterno era Pastor Luterano.

Muy significativas y profundas fueron las vivencias de mi madre cuando se casó con la cultura alemana tan influenciada por el luteranismo. Cuando mi hermana y yo nacimos, fuimos bautizadas en la Iglesia Luterana.

A pesar que el matrimonio de mis padres después de unos años se disolvió, mi madre continuó transmitiendo      las experiencias vividas con los suegros alemanes y también incentivando en nosotras el deseo de visitar  la Iglesia Luterana los días domingos.

¿Cómo llegó a la comunidad y cuáles son los primeros recuerdos?

Muchas veces había visitado la Iglesia El Redentor por razones importantes, como por ejemplo: el casamiento de  mi hermana y el bautizo de mi sobrina y sobrino.

Sin embargo tuve la libertad de conocer otras congregaciones antes de llegar a la comunidad. En una de ellas hice una oración reconociendo el sacrificio redentor de CRISTO por y para mí y me di cuenta que DIOS  tocaba a la puerta de mi corazón para una relación íntima entonces rápidamente abrí la puerta!

Un día decidí asistir a los cultos dominicales de la Iglesia Luterana, en uno de estos cultos el pastor invitaba a tomar una hoja  para inscribirse en  un curso de confirmación. A la salida del culto tomé la hoja y la completé. Desde esa decisión y la confirmación, he permanecido con la ayuda de DIOS en la comunidad.

¿Ha tenido un cargo o una responsabilidad en la comunidad? ¿Qué fue y cómo ha sido esto?

Actualmente pertenezco al Directorio de la comunidad de la Iglesia El Redentor. Ha sido un privilegio, una bendición conocer a  personas que aman y trabajan diligentemente para resguardar el legado doctrinal y espiritual, como también el aspecto material  de los /as luteranos/as  y que ha perdurado por la voluntad de DIOS durante 130 años.

También tengo la responsabilidad de dirigir un pequeño grupo en el estudio sistemático de los libros de la  biblia a través de una organización interdenominacional llamada EBCI (estudio bíblico en comunidad internacional) que participa hace años en la Iglesia Luterana.

¿Qué experiencias han sido bonitas en la comunidad?

Asistir al culto: escuchar la predica de los pastores y los himnos con el órgano es la primera experiencia bonita que se repite cada domingo.

Las variadas instancias de convivencia con los demás, desayunos, almuerzos, conciertos, retiros, visitas al hogar de ancianos, y la convivencia con hermanos y hermanas en las casas.

Recibir el apoyo para realizar los estudios bíblicos en comunidad internacional (EBCI) también es motivo de alegría.

Participar en el coro  Dietrich Bonhoeffer también es una oportunidad que Cristo me ha dado para desarrollar la alabanza.

¿Qué experiencias han sido difíciles en la comunidad?

Los asuntos doctrinales que provocan disensión entre los hermanos y hermanas en CRISTO significan para mí una “experiencia difícil”. Comprendo que estas situaciones son necesarias y que siempre ocurren en todas las comunidades.

¿Cómo le ha ayudado en su vida ser miembro en la comunidad El Redentor?

Muchísimo .Las personas más antiguas con su experiencia y testimonio de vida  y los pastores /a  me han transmitido la fe y también el desarrollo y uso de la razón, para desenvolverme en la vida.

¿Qué desea para la comunidad en el futuro?

Integrar a todos los miembros de la familia en diferentes actividades donde se sientan identificados y contentos. Que la Iglesia El Redentor sea una luz que atraiga a muchas más personas principalmente de la comuna.

Que podamos juntos hacer el bien a los demás a través de obras concretas que permanezcan en el tiempo.

Y por sobre todo esto, que CRISTO se nos revele aún más, así como le ocurrió a Lutero.